Hoy desperté siendo parte del oxígeno del aire.
Entre en borde de tus manos he de pasearme
esta mañana.
Sin decidir a que sala de tortura pasar,
me pateas a una al azar, y no es más que
vivir en las líneas que jamás terminan.
Piel seca, muerta en la cámara de gas.
Te reclaman ahora los cuerpos amargos que
sobresalen en los ríos de mi ancha Fé.
El río de almas que crees callar,
se amotina ahora en tu contra,
consumiendo tu carne, como animal.
Oveja, ahora; tu sufrir endulza mi lengua,
y he de escuchar el sonido perfecto de tu angustia!
y he de sentir esta sinestesia que no me abandona
cuando los puñales de los desvalidos creyentes ahora
fortalecidos, se clavan en cada una de tus maldades.
Y antes que mi hora expire,
que mi tiempo acabe, me ungirás,
en los brazos de la tierra!
Y este tiempo impreciso, no busca su cauce;
Saciar, el hambre que nos queda...
(Partes escritas en azul pertenecen a la banda de Rock Dominicana, VOCES EN EL PLASMA).
Entre en borde de tus manos he de pasearme
esta mañana.
Sin decidir a que sala de tortura pasar,
me pateas a una al azar, y no es más que
vivir en las líneas que jamás terminan.
Piel seca, muerta en la cámara de gas.
Te reclaman ahora los cuerpos amargos que
sobresalen en los ríos de mi ancha Fé.
El río de almas que crees callar,
se amotina ahora en tu contra,
consumiendo tu carne, como animal.
Oveja, ahora; tu sufrir endulza mi lengua,
y he de escuchar el sonido perfecto de tu angustia!
y he de sentir esta sinestesia que no me abandona
cuando los puñales de los desvalidos creyentes ahora
fortalecidos, se clavan en cada una de tus maldades.
Y antes que mi hora expire,
que mi tiempo acabe, me ungirás,
en los brazos de la tierra!
Y este tiempo impreciso, no busca su cauce;
Saciar, el hambre que nos queda...
(Partes escritas en azul pertenecen a la banda de Rock Dominicana, VOCES EN EL PLASMA).